La verdad que no he visto mucho cine relacionado con la educación más allá de las típicas películas que creo que a todos nos han puesto en algún momento en clase. Entre estas me gustaría destacar una que me pusieron en 1º de Bachillerato en Filosofía y que verdaderamente me gustó mucho, la película de La Ola. Aunque soy consciente de que muchos de mis compañeros la habrán visto o incluso también la comentarán en su blog, quiero hacer una breve reflexión acerca de la misma de lo que me llamó la atención y de aquellos aspectos que creo merece la pena pararse a pensar ya que está basada en hechos reales (como su el libro homónimo), el experimento de la Tercera Ola de Ron Jones.
La película cuenta la historia de un profesor un poco diferente al típico docente e incluso un poco rebelde que debe participar en una especie de jornadas culturales en un instituto donde la diversidad cultural es muy amplia. En ellas cada aula debe recrear diferentes tipos de gobierno adscritos a diferentes ideologías. Nuestro protagonista quería plasmar el anarquismo, pero la directiva decide darle el fascismo/nazismo.
Enfadado, el profesor consigue volver a establecer un régimen dictatorial, autoritario y personalista en su clase. Así aparece una especie de secta cuyo signo es una ola, haciendo un símil al saludo hitleriano. Este movimiento es capaz de unificar a todo el grupo, viendo al resto de clases como rivales. De esta manera, logra plasmar a pequeña escala lo que todo el mundo creía que no podía volver a ocurrir: resurgir una dictadura similar a la de Hitler.
El grupo es cada vez más atractivo, y en este camino un alumno se ve totalmente absorbido por el proyecto hasta el punto de llegar a quitarse la vida al saber que el proyecto era simplemente eso, un proyecto, y que este había finalizado.
De esta manera, y siguiendo el libro Paideia. Filosofías de la Educación la película presenta al profesor con sus capacidades más plenas: locuaz, motivador e imponente. En definitiva, el profesor se convierte en el auténtico líder superior y al que la clase obedece sin capacidad autocrítica por lo que yo creo que se trataría de una Pedagogía Tradicional.
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